Celebramos el samaín en clase con muchas ganas e ilusión. Todos estábamos deseando poner nuestros disfraces y asustar a todos nuestros nuevos amigos. Además de disfrazarnos hicimos otras actividades como:
- Jugar con las calabazas ( trajimos calabazas decoradas para la exposición, las comparamos, pesamos, medimos, vaciamos, secamos las pepitas, las pintamos ...
- Seguimos jugando con la luz , esta vez utilizando linternas que reflejaban imágenes de Samaín, con juegos de sombras, luces de discoteca...
- En nuestro taller de cocina preparamos unas deliciosas galletas en forma de dedos de bruja. Lo pasamos de rechupete. Y no se nos olvidó ningún ingrediente ¡Somos unos auténticos cocineros !.
- Contamos muchos cuentos de miedo ( una pesadilla en mi armario , monstruo de colores, monstruosa sorpresa,horrible monstruo verde, carabuñas, donde viven los monstruos...)
- Los compañeros de 2º de Educación Primaria vinieron a clase a cantarnos una canción y a pedirnos chuches ¡ truco o trato ! le dimos un montón de caramelos, aunque alguno prefirió esconderlos para comérselos ¡ son irresistibles!
- En el patio de primaria hicimos una gran merendola y jugamos con los mayores.
- Después del recreo fuimos al salón de actos y todo el cole salió al escenario a cantar, recitar, hacer adivinanzas... nosotros cantamos y bailamos una canción. Estamos hechos unos artistas.
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¿ POR QUÉ TRABAJAR EL MIEDO ? ( Mª Carmen Díaz Navarro lo explica muy claro )
El miedo es uno de esos hechos que se viven diariamente
en la escuela infantil y que, puesto a funcionar
como trabajo efectivo, resulta útil, y saludable
para todos los niños y niñas del grupo-clase.
«Los niños traen "puesto" el miedo, y lo juegan, lo preguntan
o lo esconden, según se les permita o no expresar
lo que sienten. Nosotros optamos por aceptarlo, como se
acepta el cariño, la rabia o los celos, expresiones todas
ellas propias de un mundo afectivo en pleno proceso de
formación.
Plantearse este tema en la escuela viene a ser situarse
en una postura abierta, en la que caben los afectos del
niño, en la que se tiene un respeto y una consideración
importantes por los sentimientos de los demás, en la que
el maestro se pone al lado de los alumnos, en cuanto a
que todos somos personas y tenemos unas limitaciones y
unos procesos de evolución similares. Es algo así como
compartir las inseguridades o acompañar los temores, del
mismo modo que otras veces se comparten o se acompaña
en los saberes o los descubrimientos. No me refiero a
hacer una infantilización del maestro ni una falsa democracia
de la dinámica de la clase. Me refiero a poner encima
de la mesa que hay cosas que a la gente nos dan
miedo, y que... hay que vivir con eso, y afrontarlo de la
mejor manera posible. Esto sería, básicamente, el objetivo,
porque no se propone este tema para «aleccionar»
sobre la valentía ni para memorizar un listado de los miedos
reales y miedos fantásticos. Y tampoco se trata de
«asustarlos», despertándoles inquietudes gratuitas, sino
de, sabiendo que las tienen dentro, y que las viven de un
modo individual, y muchas veces angustiante, ayudarles a
que las evoquen y las hagan salir para librarse de ellas.
OBJETIVOS DIDÁCTICOS
- Ser capaz de reconocer las sensaciones del miedo, sin darles
un aire peyorativo.
- Lograr verbalizarlas ante los demás sobre sus vivencias
del miedo: sueños, experiencias.
- Poder expresar mediante gestos, llanto o movimientos de
acercamiento a los demás la necesidad de apoyo ante los
miedos cotidianos.
- Ser capaz de ayudar y de pedir ayuda.
- Darse cuenta de que el miedo es algo que todas las personas
sienten, sean pequeñas o mayores, e ir aceptándolo.
- Ir diferenciando las razones o motivos para el miedo, en
orden a saber que unos miedos son peligrosos en la realidad
(el fuego, los coches, las fieras...) y otros provienen del
mundo de la fantasía (las brujas,los monstruos, ...)
- Conseguir una autonomía e iniciativa crecientes para encarar
las situaciones nuevas o las dificultades.
- Ser capaz de reconocer los miedos que a veces se tienen de
los propios compañeros, de los hermanos, los padres, los
maestros, y «acordar» que la vía ideal de resolución de
cualquier conflicto es hablarlo: el diálogo.
- Lograr girar los momentos tensos por el miedo u otras dificultades
y transformarlos en broma, en humor, en risa.
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