Cuando los peques llegaron a clase se encontraron con dos cajas. Una muy grande y otra un poco más pequeña. Empiezan a acercarse tod@s y a mirarme y preguntarme qué es aquello, qué hay dentro , quién la trajo... Yo hago como que no se nada y que estoy tan sorprendida como ell@s.
Empiezan a tocar, abrir, mover... y siempre observando mi reacción. Poco a poco van perdiendo el miedo y empiezan a explorar, a meterse dentro..
Mi intención era que esta provocación le interesara durante un rato y después hacer otra cosa pero , como es habitual, los peques siempre te sorprenden y estuvieron media mañana con la caja.
Jugaron a esconderse, a darle golpes a modo de tambor, hicieron de autobús imaginando que iban al cole, al cine, a la compra... lo convirtieron en coche y se organizaban para ir empujándolo por toda la clase, hicieron puzzles, se rompió con tanto niñ@ dentro y con los trozos hicieron cunas, hospitales, alfombras, ... fueron tantas las ideas que le surgieron que hasta yo me sorprendí.
¡ Qué nunca pierdan esa fantasía y creatividad !
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